¿Cómo describe Peter Stamm Siete Años? ¿Qué es lo que el lector encuentra en este libro?
Un lector lo que encuentra en un libro es a los personajes de la historia, como conoce a una persona en la vida real: interactúa con ellos, conviven durante un rato, luego se separan, se pierden de vista y se vuelven a encontrar.Me ha pasado una y otra vez que después de las lecturas se me acercan personas y me dicen “a mí me ha pasado exactamente lo que pasó en el libro”, y cuando les empiezo a preguntar, resulta que les pasaron cosas absolutamente diferentes. Lo similar fueron los sentimientos con lo que vivieron ese hecho, y me parece que de eso se trata: sentirte identificado con lo que está pasando con las historias narradas. Creo que el ejemplo más básico sería Romeo y Julieta. Todo aquel que haya vivido un amor desafortunado, un amor infeliz o desgraciado se va reconocer en la obra. Aunque nadie se haya suicidado, es en la similitud de sentimientos donde nos reconocemos.

Siete Años es un libro del 2009 ¿Qué ha cambiado desde entonces en la obra?

Es difícil contestar esta pregunta, puesto que en Alemania existe un periodo aproximado de seis meses donde se venden muchos libros para dejar paso a una baja en la curva de venta, y aunque ahora todavía se siguen vendiendo libros, no son tantos como antes; por lo que resulta difícil decir qué es lo que ha pasado con el libro en estos cuatro años.

¿En qué momento te encontrabas al escribirlo? ¿Qué ha cambiado desde entonces en ti?

No tengo ni idea de dónde estaba, aunque el dónde estoy internamente siempre tiene que ver de alguna manera con lo que estoy escribiendo. Pero no en el sentido de que sea autobiográfico, no significa que lo que me esté pasando es lo que pasa en los libros. Por ejemplo, los personajes que manejo son de mi edad o están en una situación existencial igual a la mía, y donde ellos tienen un hijo, ahora yo tengo dos. Jamás me ha interesado escribir de manera autobiográfica. No lo he hecho nunca. Nunca.

Entonces, si nunca te ha interesado el corte autobiográfico, pero sí reflejar la situación del autor, ¿qué tipo de público puede toparse Siete años?

No pienso en qué tipos de lectores puede tener un libro. Me gusta mucho cuando se llega a muchos lectores. Pero un libro no es un producto que tú puedas dirigir a un segmento específico del mercado, yo creo que está destinado al fracaso un libro que esté pensado para un sector especial. Cuando yo termino de escribir un libro, lo veo como algo independiente de mí, pero también independiente del lector. El libro no se vuelve más interesante por mi vida o porque lo escribí yo, pero tampoco puede estar concebido para un público específico. El libro no se puede apoyar ni en mí ni en los lectores, tiene que vivir por sí mismo.

En este contexto histórico, Siete años es una historia de amor, un triángulo amoroso entre dos alemanes de clase alta y una migrante polaca de clase trabajadora que precisamente parece ser el único personaje capaz de sentir un amor real, ¿es una elección acerca de lo que está pasando ahora? ¿Sobre cómo las personas con menos recursos son las únicas con la posibilidad de enfrentar al mundo con un sentimiento real?

No, de ningún modo quisiera caer en ese cliché social de atribuirle sólo a los pobres la capacidad de tener sentimientos reales. El hecho de que sea polaca tiene que ver con que una inspiración para este libro es la obra de Witold Gombrowicz que se llama Yvonne, princesa de Borgoña, donde el personaje también es polaco. Lo que me pareció realmente relevante del personaje de Yvonne es que sólo tiene este amor, no hay nada más a lo que pueda aferrarse, este amor es lo único que posee.Además me interesaba mostrar el papel del poder en las relaciones, pues siempre está presente el tema en la medida de que en una relación hay uno que ama más que el otro, y esto no tiene que ver con la posición social, sino con otro tipo de elementos que conforman el trayecto.

Entonces, ¿cuáles son las principales diferencias entre el libro anterior y el libro que viene?

Una diferencia evidente sería que tanto el libro anterior como el posterior son una recopilación de relatos de cuentos, no lo he hecho de manera intencional, pero se ha ido dando la intercalación de narraciones con novela. Hay autores que mantienen, y yo los suscribo, que un escritor siempre está trabajando en el mismo libro. Claro que hay un desarrollo muy lento entre una historia y otra, entre un libro y otro, pero finalmente acaba siendo la misma obra.

Declarabas hace tiempo que el presente de Alemania es un presente donde no están pasando muchas cosas, y con las crisis económicas, las guerras, la repoblación con migrantes de Alemania y toda Europa, parece difícil creer que desde hace mucho tiempo no pasan cosas. ¿Cómo es tu perspectiva de la situación actual?

A lo que me refería en ese escrito, es que han habido épocas donde todo era más claro; en una guerra sabes bien quiénes son los buenos y quiénes los malos, las relaciones y los contextos son más nítidos y es más fácil escribir ahí que cuando todo está difuso. Me parece que ése es el reto del autor: escribir sobre su propia época, sea fácil o difícil, es precisamente el reto. Un narrador debe ser capaz de extraer lo que sí hay y escribir historias al respecto, haya o no haya material.Estas crisis en las que estamos hoy, surgidas una tras otra, me parece que son menos claras que las anteriores, es difícil delimitar dónde se encuentra parado uno.

Su obra siempre tiene muchas referencias al arte, a la arquitectura moderna, a la pintura, ¿cuál es su relación con el arte como escritor y como lector?

Creo que todas las artes están relacionadas entre sí, hay pintores con lo que yo me siento más cercano que con ciertos escritores. Cada uno cuenta con diferentes medios para expresarse, pero las artes están siempre muy cerca. Tengo más amigos pintores que escritores y he escrito muchos textos para ellos, no teóricos, sino textos que tiene que ver con la pintura.

¿Hay algún artista mexicano que le interese?

En cuanto escritores, me agrada Juan Rulfo. Leí Pedro Páramo y me gustó mucho; me gusta también Roberto Bolaño, del que casi se podría decir que es mexicano; y en cuanto a artistas plásticos conozco la obra de Frida Kahlo y Remedios Varo. En el entorno Latinoamericano, mi perspectiva es un poco aleatoria, mis lecturas no son sistemáticas, no voy por bloques nacionales. Un autor me va llevando a otro, por ejemplo, Ernesto Sábato me gusta mucho, leí hace poco El túnel. He leído también a Cortázar, a Borges y a Bioy Casares, aunque ahora que me doy cuenta, sólo son los autores clásicos. Se me hace muy difícil estar actualizado en literatura extranjera porque existe la barrera del idioma.

Siendo escritor, periodista y pintor, siendo un aceptado invasor de terrenos ¿qué libro le hubiera gustado escribir, qué disco le hubiera gustado grabar y qué película le hubiera gustado filmar?

Esto puede cambiar día a día, pero en películas me gustaría haber hecho algo a lo Antonioni o de Fellini; en música, los últimos trabajos de Richard Strauss y si pudiera tocar el saxofón, me hubiera gustado grabar My favorite things a lo Coltrane; y en cuanto a los libros, prefiero no responder eso porque son mis competidores directos. En realidad es una pregunta difícil.

Por último, ¿tienes algo que decir a sus lectores hispanohablantes?

En realidad no. Creo que eso lo hacen los propios libros, lo que quisiera decirle a quien me escucha está en mis libros. Lo que yo quisiera decir afuera de los libros, no es relevante.
Bruce Nauman, una vez elaboró una hoja muy sencilla donde solamente decía:
“Please
pay
atention,
please”
Me parece que a eso se remite todo: a que el lector o quien ve una obra plástica, o quien escucha una composición se dé el tiempo de verdaderamente poner atención y no soltar pronto la obra para dar un juicio sobre ella: el permitirse entrar en la obra, eso es lo importante. 

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