Ignacio Toscano es director general de Instrumenta Oaxaca, proyecto musical de educación, difusión, creación e investigación. Inmerso en el mundo cultural y artístico ha sido director de danza y ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes. Tiene estudios en arquitectura, antropología y música.
¿Cuándo creas Instrumenta?
Instrumenta nació viendo el mar debajo de unas palmeras en 2002. Iniciamos nuestras actividades en 2003, con una acción emblemática, como las que tienen que ir definiendo los temas educativos en el país, la educación musical.
Lanzamos en 2003 la primera edición del Premio Eduardo Mata de dirección de orquesta porque Eduardo Mata fue un gran amigo, pero sobre todo con él compartí muchas ideas de lo que era la educación musical en México. Platicábamos con Fernando Solana, Manuel de la Cera y Francisco Toledo acerca de una gran escuela de educación musical que fuera el ejemplo en todo el país. Las ideas que tenía Eduardo Mata de educación musical y perfeccionamiento no eran de Oaxaca eran del mundo, yo creo que el común denominador de esas ideas es que son universales. A Mata le debemos muchas de las ideas con las que nace Instrumenta: el perfeccionamiento, la calidad, en compases, en maestros. Conocemos Oaxaca, no solamente la ciudad sino las escuelas de música, lo que sucede en las ocho regiones. Sabemos bien que es un gran estado musical y que en muchos lugares la gente solfea antes de leer, pero lo más importante era confrontar unas cosas con otras.
En la creación de Instrumenta hay una paradoja: en el estado no hay una escuela de nivel profesional de la música. Instrumenta ha venido a cubrir un hueco, ¿cómo ves esto —una iniciativa ciudadana—, ante una ausencia de una política pública para la música en Oaxaca?
Hay grandes temas musicales que me han acompañado en la vida, hay dos que son claves, uno, Gurrelieder de Schönberg que fue la gran obra con la que yo escuchándola todas las tardes, durante muchos días, inicié Instrumenta y por supuesto Caballos de vapor de Carlos Chávez. No tiene nada que ver con que sea una iniciativa gubernamental o ciudadana, yo estoy seguro y vivo trabajando en eso desde hace muchos años. Lo más importante es sumar los esfuerzos de las iniciativas ciudadanas con las gubernamentales a nivel estado y a nivel federal […]. No solamente es un tema de recursos sino de aportación de ideas, de trabajo cotidiano. Vivimos un momento muy importante en donde las iniciativas ciudadanas que conocemos —léase Francisco Toledo, Fundación Alfredo Harp Helú— son las que hacen que Oaxaca sea una gran reserva del espíritu.
¿Qué le hace falta a Oaxaca en cuanto a la música?
Yo diría que muchas cosas, pero una principal es sistematizar los programas, hacer una metodología. Primero, analizar cuáles son las necesidades reales, no podemos perder de vista que Oaxaca tiene ocho regiones y que cada una necesita algo especial. Sería genial que todos comprendiéramos que Oaxaca es un estado pluricultural. Cada región tiene lo suyo y nuestro tema es la música. Deberíamos hacer un buen diagnóstico de lo que está sucediendo en todas las regiones para poder crear centros de desarrollo regional, escuelas de formación de profesores, escuelas superiores, como lo pensaban Mata, Toledo y Solana.
En esa sistematización para generar la metodología que mencionas, tú estás presente porque eres asesor del proyecto Etnografía de las Culturas Musicales en Oaxaca (ECMO). ¿Estamos en el camino de sistematizar este conocimiento y generar juntos una política pública para la música en Oaxaca?
Yo creo que una de las tareas principales del gobierno del estado, a través de Seculta, de las iniciativas civiles y de este gran proyecto ECMO, que se está trabajando desde hace un rato, donde participa el CIESAS, es una base importantísima: documentación e investigación, que no es solamente histórica, fotográfica, de [registro de] audio, es mucho más amplia. No podemos dejar de pensar que la música es un tema de cohesión social y más en Oaxaca. Ese producto de ECMO, por supuesto, servirá para hacer un programa ejecutivo que tendrá que ver con lo que se pueda construir [entre] los cuatro ámbitos: el gobierno el federal, el gobierno del estado, las iniciativas ciudadanas y los gobiernos municipales.
¿Qué tienen en común Rodolfo Halffter —músico contemporáneo del siglo XX— y Telésforo González Melo —músico y laudero indígena mixteco?
Su pasión por lo que cada quien hacía. Yo estoy seguro que si se hubieran conocido, hubieran sido los grandes amigos, hubiéramos llevado a Rodolfo a Coicoyán después de manejar muchas horas y hubiera estado encantado, pero ¿qué tiene que ver don Telésforo González Melo con Don Rodolfo Halffter, qué tienen que ver Ismael Méndez, César Delgado, Eduardo Mata, Manuel Enríquez, Mauro Ramírez y Cecilia Winter? Todos en su ámbito trabajamos algo en común: la música como una acción de servicio, de educación, como una manera de ser mejores.