“Ineficientes, ineficaces y en retroceso”, fueron los tres adjetivos que utilizó, en el número 37 de El Jolgorio Cultural, el ambientalista Juan José Consejo para referirse a las políticas públicas en materia de medio ambiente. Los adjetivos son claros y suficientes para esbozar el panorama. Actualmente, el Municipio de Oaxaca de Juárez enfrenta algunas “herencias”, altas expectativas en la administración reciente y una lista –robusta, sobre todo– de omisiones y problemas ambientales.
Desde que la administración municipal asumió el cargo se han realizado foros y se han abierto otros espacios de negociación y diálogo para la creación del Plan Municipal de Desarrollo. Éste, sin embargo, apenas será presentado. Por lo pronto, el funcionario público asegura que fue un proceso de discusión y reflexión largo y pausado, y que el Plan será “una sorpresa”. Una “grata sorpresa”, asegura.
Por lo pronto, diversos son los temas que la dependencia municipal ha señalado como prioritarios: la contaminación visual, causada por anuncios y espectaculares; el manejo de residuos sólidos; la alta emisión de gases que contribuyen al calentamiento global; la reforestación; y, claro está, el agua y su manejo. Muchos de estos temas, sin embargo, rebasan la jurisdicción de la dependencia.
Costa de Oaxaca, ave muerta por contaminación del agua.
“Donde nosotros podemos incidir es en la educación. Ver qué se está haciendo. Qué se ha dejado de hacer. Y promover tecnologías ahorradoras de agua. Tratar que en los nuevos reglamentos se exijan pozos de absorción. Mínimos equipos ahorradores de agua. Revisar los comercios. Restaurantes. Y ahorrar. Y hacer campañas de concientización […]” Además de éstos, se suman otros temas en los que han realizado acciones “puntuales”: la contaminación auditiva y el arbolado urbano.
“En el área de normatividad, nos dimos cuenta de que no se hacían muchos operativos de ruido. En nuestra ciudad era exacerbado. Era demasiado […] Quien hacía más ruido, tenía más clientes. Eso no está permitido”.
En tanto el arbolado urbano son dos las acciones que ya han comenzado: uno, retomar el asunto de los árboles del Zócalo que presentan claros síntomas de deterioro; y dos, promover una declaratoria para proteger algunos árboles.
“Nosotros ya fuimos al Zócalo. Retomamos, por ejemplo, los trabajos de dictaminación que la Fundación Harp hizo junto con el Colegio de Posgraduados, en 2010. Hicimos un recorrido junto con Protección Civil, dictaminamos algunos ejemplares de urgencia, de inmediata atención, y junto con servicios municipales atendimos seis árboles en el Zócalo. Quitamos las ramas más secas, hasta donde nos permitió la grúa que tenemos ahorita. Estamos haciendo las gestiones a través de la Regiduría de Servicios Municipales, y la que tiene que ver con Protección Civil y Ecología, para que ellas sean las encargadas de gestionar recursos para atender a los árboles de mayor envergadura”.
Sin embargo, el 17 de mayo de 2011, tras una fuerte lluvia, uno de los laureles que habitaba en la Alameda cayó de golpe, evidenciando sus raíces. El deterioro, la desatención de varias administraciones, y la falta de certidumbre, acaso contundencia, de la administración reciente para atender a los árboles centenarios.
Pero a pesar de todo, de la caída y aún falta de claridad para atender algunos problemas, resabios de los gobiernos anteriores, el funcionario público continúa: “Que realmente se vea la importancia del medio ambiente en el municipio de Oaxaca. Atender todos los problemas que hay, todas las cuestiones. Por muy ásperas que éstas sean, hay que atenderlas […]’ ‘No se pueden resolver los problemas de un día para otro. Pero sí queremos dejar las bases. Las bases amarradas de la ciudadanía. Yo lo llamo algo así como empoderamiento verde. Tú tienes que ofrecer los instrumentos a la ciudadanía para que tomen todo y hagan suyo el medio ambiente. Y que propongan, que disientan, que te critiquen, si están viendo que Ecología Municipal no está trabajando. Lo que yo necesito de la ciudadanía es que sean mis inspectores ciudadanos.”
Ejemplares del Jardín Etnobotánico de Oaxaca
En ese sentido, la pregunta es obligada: ¿qué ha sucedido con el caso del libramiento norte y con el caso Chedraui?
“Son herencias. Son herencias que te dejan y no por eso tienes que rehuir. Nosotros, como Medio Ambiente y como Ecología Municipal, nos dimos a la tarea de revisar. Cuando ya tienes una autorización, si jurídicamente no se puede echar abajo, eso no le toca a Ecología, pues bueno, tú, en la parte que te toca, cumple. Hay una serie de condicionantes que no habían cumplido. Y eran ambientales. Por ejemplo: en dónde van a tirar sus residuos, están respetando el arbolado urbano, realmente reforestaron lo que dijeron. Nosotros nos dimos a la tarea de revisarlo. Y nos encontramos que los árboles que sembraron a su alrededor, algunos estaban secos, algunos tenían pasto, algunos no contaban con un programa de manejo exhaustivo. Entonces, no, no te puedo autorizar para que sigas, hasta que no me cumplas […]’
‘En el caso del libramiento norte es lo mismo. Se reactivó el comité del Plan de Ordenamiento Ecológico Territorial. Vamos a evaluar el reglamento del comité, y de participación ciudadana. Ese instrumento de planeación nos va a servir para sentar a las personas involucradas en el libramiento norte, en las zonas del municipio para que realmente sean ellos, a través de talleres, quienes decidan qué es lo que quieren hacer con sus predios […]. Hay que trabajar en conjunto. Es lo que nos va a distinguir de las demás administraciones: el trabajo cercano con la ciudadanía”, concluye.
Es cierto: han hecho esfuerzos por acercarse a la ciudadanía para que ésta sea coautora de los proyectos, y quien trace el rumbo de las políticas públicas. Sin duda alguna, éstas resultan urgentes para evitar y frenar la corrupción y arbitrariedad galopantes de las administraciones anteriores. Esperemos que estos espacios de negociación y diálogo no se queden en respuestas políticas, demagogia, o bien, como sucede con el concepto de desarrollo sustentable: en ambigüedad en la práctica y mero maquillaje.