México es muy rico en expresiones rupestres de una gran diversidad y variedad que reflejan la riqueza histórica y cultural del país. Generalmente se le asocia con culturas del norte, de cazadores recolectores y de tiempos muy remotos. Sin embargo estas expresiones se encuentran por todo el país y se realizaron en todas las épocas del pasado prehispánico, como también en la Colonia, y en los siglos XIX y XX. Así, tenemos pinturas polícromas de tradición olmeca, grabados en rocas en la ciudad de Teotihuacan, escritura maya en paredes de cuevas, o pinturas en abrigos rocosos que representan iglesias o instrumentos musicales europeos.
En Oaxaca esta manifestación de las culturas del pasado ha sido muy poco estudiada. Construcciones y expresiones como la arquitectura, la escritura, las piedras esculpidas, la pintura mural, la cerámica polícroma o los códices, todas ellas más afines al gusto estético occidental, opacaron el estudio de otras como el arte rupestre.
Uno de los objetivos de las investigaciones que realizo es otorgarle la importancia que corresponde a estas expresiones, dentro de la riqueza de representaciones que produjeron las variadas culturas del estado a lo largo del tiempo.
Me interesa analizar cómo algunos lugares de arte rupestre han tenido una continuidad de uso o culto desde tiempos remotos hasta la actualidad, atravesando épocas y culturas distintas. Especialmente me estoy centrando en el choque cultural que significó la conquista española, los procesos de contacto cultural y los nuevos desarrollos indígenas culturales y artísticos que se reflejaron en el arte rupestre. Por el momento estoy enfocado en el de una región del Istmo de Tehuantepec, pero pretendo ampliar mis investigaciones a otras partes del estado.
Acerca del autor:
Antropólogo. Investigador del IIE-UNAM Oaxaca.