Las líneas entre diseño, arte y artesanía; entre innovación y tradición, cada vez se difuminan más. Creadores con distintas formaciones trabajan en conjunto. ¿Cuáles son las condiciones en que esta hibridación se produce? ¿Cuáles son los resultados y las perspectivas? Este es el primer reportaje de una serie acerca de las interacciones entre artistas, artesanos y diseñadores, que El Jolgorio Cultural publicará en números próximos.
En la actualidad se puede ver cómo una seda impresa con motivos istmeños se pasea en una vela tradicional de Juchitán al igual que en las pasarelas de los desfiles de moda, reduciendo así las fronteras entre lo tradicional y lo moderno.
Oaxaca es uno de los estados con mayor producción de artesanías y sede de un encuentro dedicado a reunir a diseñadores, artesanos y artistas para intercambiar ideas, técnicas y experiencias. Creando una historia común, efectuado por primera vez en 2009, reconoció la colaboración que existe entre las disciplinas, y que puede ser positiva si el trabajo de los involucrados se reconoce dignamente.
Durante el encuentro se resaltó la importancia de mantener la tradición en la organización comunitaria que tienen algunos pueblos de Oaxaca, tema pertinente cuando algunos artistas y diseñadores generan ideas que los artesanos llevan a cabo sin obtener el reconocimiento por ello.
Según datos del Instituto Oaxaqueño de las Artesanías (IOA), en el estado hay 400 mil artesanos, de los cuales el 80 % son mujeres que pertenecen a pueblos indígenas, -y en el IOA se encuentran registrados 28 mil en un total de 600 organizaciones- sin embargo son pocos los que asisten a cursos de capacitación o desarrollan nuevos diseños en sus técnicas.
El Museo Textil de Oaxaca (MTO) tiene un papel fundamental al fomentar la preservación de técnicas de tejido, bordado y teñido, lo que permite un intercambio continuo entre artesanos y artistas de latitudes diferentes.
Al respecto, la directora del museo, Ana Paula Fuentes, indicó que en los talleres que se imparten en el MTO se busca dar a conocer la técnica y motivar su uso, ya que en algunas comunidades se ha perdido. Además, el museo promueve el comercio justo y el reconocimiento a los artesanos por su labor: “el museo tiene el reto de dar a conocer las técnicas y a los artistas que las reutilizan en obras contemporáneas”, añadió.
La delgada línea: tradición-innovación
Para Ana Paula Fuentes la idea de utilizar técnicas tradicionales en diseños modernos no contribuye a la pérdida del uso tradicional de textiles, ya que en las comunidades se les da un valor extra debido al significado que representa. Señaló que los mismos artesanos muchas veces modifican el uso de sus textiles, influenciados por lo que ven y por su economía, al momento de adquirir los materiales y vender sus productos.
Destacó que un ejemplo de innovación es el tabajo del tejedor Moisés Martínez, de San Pedro Cajonos, uno de los mejores tejedores de rebozos, quien promueve el uso de técnicas artesanales en el tejido y teñido de la seda, quien inició haciendo rebozos para después hacer huipiles, bufandas y joyería, todo de manera artesanal, pero modificando sus diseños.
Moisés Martínez empezó a tejer a los 14 años, y a través de sus nuevos diseños se afana en mantener la tradición del hilado y la forma del tejido, además del empuntado a mano por medio de nudos o entrelazados con formas geométricas que adornan los extremos de la prenda.
El tejedor comentó que la idea de hacer más prendas además de rebozos nació de la necesidad de tener más productos para comerciar. Puede cosechar dos veces al año, y en cada una obtiene 20 mil gusanos de seda, aproximadamente, que significan diez o doce kilos de capullos; unos cuatro o cinco rebozos grandes.
En esta línea también está el trabajo del artista visual Alberto Ruiz, originario de Teotitlán del Valle, quien realizó una serie de 12 tapetes de lana que, bajo el nombre de Códices Contemporáneos, está inspirada en el diseño de los circuitos electrónicos.
Sobre la transformación en los diseños de los tapetes de lana, el artista expuso que es algo que tiene que pasar, “mucha gente visita Oaxaca, y lo que veo es que muchos jóvenes están confrontando lo tradicional con lo contemporáneo, para mí es bueno enseñarle a las nuevas generaciones que puedes hacer otras cosas con las artesanías”.
No a la maquila
Lo ideal sería que los artesanos se den cuenta que pueden innovar, pero también existe el otro lado de la moneda, cuando los diseñadores tienen ideas claras de lo que quieren, pero no conocen las técnicas y entonces contratan artesanos que no reciben reconocimiento alguno por su trabajo.
“El hecho de conservar algo significa la manera de hacerlo y su diseño, pero la línea es muy delgada, como el caso de Pineda Covalin, que usa diseños que son patrimonio sin dar el crédito correspondiente; aunque la flor de tehuana sea igual al no dar el crédito de que es un patrimonio de México, no conservan, sino explotan, porque en algún momento se va a desvirtuar de dónde vino el diseño, por ello se debe dar la información correcta”.
En el Museo Textil de Oaxaca se está buscando una manera para que se reconozca el trabajo del artesano cuando colabora con un diseñador: “que no sólo sea comercio justo. Lo que se pasado es que el diseñador utiliza al artesano como un maquilador, y se le debe dar el crédito, porque ambos procesos son importantes”, señaló.
Sin embargo, no se puede generalizar y apuntó que el trabajo entre diseñadores y artesanos beneficia a ambas partes, en una para aprender a aplicar la técnica y a otra en diversificar su producción, “lo que no puede pasar es que se modifique la técnica. Más que pelear es darle el lugar al trabajo tanto del diseñador que innova como al trabajo del artesano”.
La innovación en el trabajo artesanal se aprecia en distintas técnicas y productos, como el trabajo de los grabadores de Pinotepa de Don Luis y su trabajo conjunto, Pintando Pasos, con Converse de México; los diseños de artistas como Francisco Toledo y Jan Hendrix, en los pisos artesanales de Mosaicos García, los diseños en cerámica y tejido de palma del taller mixteco Polvo de Agua o la realización del Etnofashion, en donde diseñadores de moda muestran las tendencias en diseño de ropa y joyería artesanal.
Acerca de la autora:
Santiago Yolomecatl, Oax. 1981
Ha sido reportera y editora de los periodicos El Imparcial y Despertar.
Actualmente trabaja en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca