El año pasado, el Museo de Filatelia cerró con la noticia que Gerardo Yépiz, uno de los artistas mexicanos más adentrados en el arte correo a nivel internacional, le donaría más de una década de testimonios artecorreistas resguardados en el estudio Acamonchi, en San Diego California, en donde actualmente reside el artista.

Y, quién mejor para hablarnos de ello que el mismo Yépiz, quien desde su estudio en San Diego nos platica cómo fue su intensa participación en el arte correo y qué ha sido de su trabajo durante los últimos años.
La onda del arte postal lo puedo valorar en ciertos niveles. Hay ciertos temas y artistas que me interesa un chingo su trabajo, lo que hacen y su dinámica. No estaba buscando nada que fuera súper bien elaborado, estaba más con la onda de las emociones, el lado torcido de las cosas, había personas que sí buscaban el lado chueco y le pegaban. En aquella época [los ochenta] estaba interesado en artistas que tenían conceptos más propositivos, más avanzados y trataba de ver cosas más refrescantes, nuevas, más arriesgadas. Nunca quise estancarme con cosas que fueran muy complacientes, y en ese sentido he sido muy estricto.

Una de las cosas que más me atraían eran las identidades misteriosas, había artistas de los cuales no sabía ni siquiera cómo se llamaban. No había fotos de ellos ni nada. Venía un apartado postal con un nombre chistoso y era lo único que sabía de esa persona.

¿Conociste a Michael Hernández, te carteabas con él?
Sí, a él lo conocí en Oaxaca. Yo sabía de él por las estampillas que hicieron en Kill Art Artist, pero no a todos los artistas les escribía, había gente con la que sí me interesaba tener mucha correspondencia.

Sobre Ray Johnson…
Lamento mucho de no haberle escrito a Ray Johnson. Nunca esperé que fuese a morir en el tiempo que yo estaba haciendo esto. Fue un golpe muy difícil para todos. Fue una de las cosas que lamento no haber hecho. Trataba mucho de corresponder con gente de México, siempre estaba buscando direcciones de allá. Buscaba a quienes estuvieran haciendo arte correo, arte marginal o cosas así y a veces respondían y a veces no.

Ejemplos de artistas con los que sí tuve mucha correspondencia: Rene Montes, César Espinosa de la Bienal de poesía visual, el artista experimental Harry Polkinhorn, Ana Banana, filatelista exclusivamente de estampillas de artista y estampillas torcidas. También con los italianos que traían ideas como el carro más robado o el día del agua puerca, muchas cosas absurdas que ya tienen un rato.

Tengo una copia de la revista Vile que edita Ana Banana, y haz de cuenta que tiene la mitad entre el estilo de Alarma y la mitad arte correo. En la portada viene una persona a la que le clavaron en la cara un tenedor para paja. O sea, con esa actitud tan punk, tan extrema en los setenta. A Ana Banana me tocó conocerla en Vancouver, es muy agradable, incluso hicimos una edición especial, de artista.

¿Por qué dejas el arte correo?
Cronológicamente hablando, en el 2001 empecé a tener más vinculación con la onda de Nortec. En ese momento se comenzaba a sentir la efervescencia bien caliente de hacia dónde estaba apuntando no nada más la música sino los gráficos, el diseño, la pintura y todo el rollo de la escena. Así estuvimos trabajando un par de años, motivo por el cual comencé a dejar el arte postal. Seguía recibiendo un chingo de cartas y no podía responderlas todas. Un hábito común fue meter calcomanías en un sobre, cerrarlo, tacharlo de una lista que ya se mandó y hasta ahí, porque ya cuando recibes 100 cartas a la semana, es una chinga sentarte a estar respondiendo.

¿Se podía capitalizar en el arte correo?
Con la onda del arte postal jamás manejé dinero, al contrario, gasté un chingo de dinero en material y en estampillas, así que llegó un punto en el que dije: güey, yo ya no puedo, tengo que dejar esto y tratar de mantener el negocio.

¿Por qué decidiste donar tu colección al MUFI?
Lo tenía pensado desde hace mucho, que toda esta información se debía presentar al público. Y que toda esta experiencia que tuve como artista desde mi formación y carrera, se podría presentar como un patrimonio de México, y que el MUFI podría disponer de él. Como documentos hay piezas únicas, una gran parte de ellos podrán servir para investigación. La información está disponible en español. En este acervo existen documentos que mandó Clemente Padín sobre lo que sucedió con la dictadura en los sesenta y setenta, así como los primeros documentos que realizó. Incluso, algunas de estas publicaciones están hechas en mimeógrafos. Ahí te das cuenta de la historia de cada documento. Es una colección particular, son temas que a mi me tocaron, con artistas muy interesantes.

¿Qué es del correo actualmente en la vida de Yépiz?
Sigo mandando cartas, el hábito de escribir, de ponerle algo a alguien, lo sigo sintiendo como cuando tenía cinco años, como de las primeras cartas que recibí de mi papá cuando él salía de viaje. Sigo sintiendo esa misma emoción.

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