¿Qué representa para ti venir a Oaxaca?
GP: El compromiso de la Pocha Nostra siempre está con los otros México, principalmente con los que son emisores de migración hacia los Estados Unidos. Cada vez estamos menos interesados en tener un diálogo con el D. F. […] Nuestra propuesta, desde el principio, ha sido anticentralista. Entonces, para nosotros es más importante regresar por otras puertas. […] Yo creo que hay una relación muy potente entre Oaxaca y California. Oaxacalifornia. Los oaxacalifas. Ese eje cultural me interesa ahora mucho más que el eje Ciudad de México-Nueva York. Ése me da mucha hueva.
Oaxaca tiene una de las comunidades artísticas e intelectuales más vibrantes, diversas, locas, abiertas, del país. Estamos aquí por una razón muy clara: porque se está gestando un movimiento de performance de muy alto calibre. […] Una de las razones por las que se está desarrollando una estética muy sofisticada, muy oaxaqueña, de artistas jóvenes en el campo del performance, es porque están en diálogo continuo con los [artistas] internacionales. Estamos continuamente recordándole a los artistas que el espacio de ensayo es una maqueta de la sociedad, y que las fronteras que podemos cruzar en el espacio creativo, son las fronteras que debemos cruzar como ciudadanos en la esfera pública.
A propósito de materia prima del performance, me gustaría que hablaras sobre el cuerpo. El cuerpo entendido como territorio, como un espacio en donde la identidad reside.
El objetivo es descolonizar el cuerpo. Reocuparlo intelectualmente, politizarlo, y convertirlo en un sitio de reinvención permanente de la identidad. Y para lograr este objetivo tenemos que empezar a resocializarnos. A dejar de pensar el cuerpo como un objeto de deseo erótico, y pensarlo como territorio, como mapa, como lenguaje, como texto abierto, como instrumento musical, como vehículo de identidades múltiples, como metáfora permanentemente mutante, como símbolo. Hemos descubierto en esta época de crisis de las ideologías que lo único que tenemos en común, los artistas del performance, es nuestro propio cuerpo. Es la lengua franca del performance. […] Cuáles son las implicaciones de cubrirlo, descubrirlo, cuáles son las implicaciones de un cuerpo indígena, de un cuerpo desnudo negro, o de un cuerpo desnudo anglosajón. O simplemente, el cuerpo desnudo de una mujer. Tienen códigos semánticos totalmente distintos. […] El cuerpo certificado socialmente. Todo eso es materia prima del performance. […] Estamos cruzando fronteras muy delicadas. Con plena consciencia de que las estamos cruzando, lidiando con las consecuencias de cruzarlas.
Citando a Emily Hicks, has dicho que lo marginal constantemente se está redefiniendo. ¿Crees que el performance sigue siendo una práctica marginal?
That´s a very good question. El performance es una especie de periodismo experimental. A diferencia del teatro, […] el performance es el arte de lo inmediato. Es un arte del aquí y del ahora. Se acerca más al periodismo que al teatro, más al rock and roll que al teatro. El mundo del arte es vampírico. Siempre está vampirizando las formas culturales más originales y experimentales, y utilizándolas como mecanismos de seducción para generar más consumidores y más público. El performance siempre ha sido como un paciente disponible para que los vampiros le chupen la sangre. […] Es curioso. De hecho, yo diría que cada vez que el teatro, las artes visuales están en crisis miran al performance en busca de una salvación.
¿Podrías hablar un poco sobre la propuesta pedagógica de la Pocha Nostra ?
Hemos descubierto que el performance puede ser visto como una forma de pedagogía radical y como una forma de democracia torpe, pero eficiente. Los artistas que se quieren salir del marco, […] todos los artistas que están buscando generar conexiones transversales con otros lenguajes siempre son bienvenidos. Hemos descubierto que la praxis política más poderosa de la Pocha Nostra es la pedagogía. No dejamos de ser creadores. Seguimos en diálogo con el mundo del arte porque también es nuestra obligación. Pero lo que nos interesa cada vez más es trabajar con estos proyectos pedagógicos. Es una pedagogía crítica. […] En ocasiones también entramos a la Academia como reformistas temporales, y volvemos a salirnos. La pedagogía de la Pocha es una pedagogía viva, caníbal.