Imaginemos la escena: la chica de la colonia cumple 15 años y la calle ha sido cerrada para montar toda la parafernalia festiva. Las mesas están listas con los manteles puestos, la pista de baile ha sido perfectamente demarcada y en la víspera del festejo unos cuatro hombres descargan, desde un camión, enormes bocinas que posteriormente apilan a cada lado del improvisado salón de fiesta.
El dueño del sonido hace indicaciones a sus roadies mientras termina de conectar sendos aparatos fabricados de metal sólido —para que aguanten vara— tapizados de botones y un sinfín de espacios disponibles, que conectan un similar número de venas sintéticas que, durante ocho horas o más, serán las encargadas de conducir la música para animar el tan esperado festejo.
Un elemento más entra en la postal: una caja de metal y plástico con decenas —sino es que cientos— de discos compactos y vinilos en su interior. Hay de todo: salsa, merengue, cumbia —la gran reina pachanguera de los ritmos afrocaribeños—, rock, punk, norteña, vernáculo, electrónico, hip-hop, y hasta las infaltables melodías de Richard Clayderman que seguramente amenizarán las palabras del padrino, el brindis y hasta la presentación en sociedad de la pequeña-niña-que-hoy-florece-en-mujer. Sea cual sea el devenir de la noche, el reto y la responsabilidad del ponerrolas siempre se reduce a que la música suene continuamente y que la gente en la fiesta pase agradables momentos de baile, diversión y bebida.
¿Quién no ha bailado a ritmo de los sonideros en bodas, graduaciones o en los mismísimos 15 años de la prima? Todos, en algún momento, hemos sacado chispas en la pista de baile —voluntaria o involuntariamente— ataviados con un traje o smoking y engullendo luces neón multicolor que se deslizan mágicamente entre peinados, cubas libres y brillantina cutánea.
Todo pasa según lo esperado: el padrino termina ebrio en la mesa, los invitados se llevan los centros de mesa y la festejada termina calzando tenis debajo de su esponjado vestido. La fiesta ha sido un éxito. Sin embargo, en algún momento en el viaje de regreso, contemplando la ciudad a deshoras, surge la pregunta ¿de dónde viene todo?, ¿a quién se le ocurrió llevar tremendas bocinotas a una fiesta para que la música suene choncha y haga vibrar el pecho?
Resultaría difícil inferir que todo comenzó en las Grandes Antillas, pero así fue. Todo tuvo lugar en la isla de 240 kilómetros de extensión que incubó una de las manifestaciones culturales que han permeado la forma en que hoy percibimos, disfrutamos y entendemos la música.
En Jamaica, los ahora más conocidos sound systems, se convirtieron en un movimiento sumamente popular durante la segunda mitad del siglo XX, específicamente en los años 50, y alcanzaron su auge en los años 70.
En esta última década, Jamaica aún era joven como nación independiente, al haber logrado su emancipación del Reino Unido recién en 1962. Sin embargo, el contacto comercial y cultural con Inglaterra continuaría por un buen lapso en el futuro inmediato. Estos factores fueron esenciales para el crecimiento de la cultura del sound system, pues es de esta nación europea de donde principalmente se obtenían los discos que se tocaban en las fiestas.
Otro factor importante que contribuyó a su popularidad, fue el hecho de que en Jamaica las concesiones para transmisión de radio comercial comenzaron a suceder a principios de los 80, por lo que los sound systems eran los encargados de llevar diversión y entretenimiento musical a los diversos barrios jamaiquinos.
Estos colectivos musicales generalmente están compuestos por un ingeniero de sonido, un MC o maestro de ceremonias y por un disc jockey. Es precisamente este último personaje quién ha sido capaz de consolidarse como columna vertebral de movimientos culturales y la apreciación que existe de éste ha cambiado en el tiempo.
La responsabilidad de encontrar música y seleccionar los ritmos
En el afán de ampliar más sobre la figura del disc jockey, selector, pinchadiscos, tornamesista o humilde ponerrolas fuimos al Color Mechanics Headquarters para entrevistar a Erik Bautista aka Smokey, aka Fundamentalist, para que fuera él, quien desde su mirada como dj y productor nos brindara más información sobre esta mítica figura del mundo musical.
Smokey nos recibió con agua de mandarina y mucho entusiasmo a pesar de que padecía una tremenda gripa. Amablemente compartió datos y apreciaciones de esta actividad, la cual ha realizado profesionalmente durante 15 años, lapso en el que ha compartido escenario con Lee Scratch Perry (quien asegura fue un pez en su otra vida) Ziggy Marley, Cut Chemist, Fauna Flash, DJ Spooky, y Dr. Israel, entre otros.
Como recién había tomado sus medicamentos y estaba por empezar un té de 12 flores, quisimos soltar las preguntas, antes de que la gripa y la clorfenamina comenzaran a hacer efecto en su sistema.
La intención principal es contar con más referentes acerca de qué es y qué hace un DJ. En este sentido, nos vemos obligados a comenzar preguntándote, ¿cuál es la diferencia básica entre un selector, un tornamesista, un DJ y un pincharrolas?
Históricamente es posible hacer una diferencia entre lo que cada figura representa. En este sentido, un selector es una persona que puede crear un discurso basado en un estilo, o de un periodo histórico de un estilo particular de música, y de esta forma construir una narrativa que vaya de A a Z.
Esta referencia nos obliga a regresar a los sound systems en Jamaica, en donde los selectores escogían canciones de música jamaiquina como el Rocksteady, Soca, Calipso, Lover’s Rock o Dancehall. Sin embargo, solamente seleccionaban las rolas, no había ninguna técnica de mezcla, ni tampoco intervenían los discos, vamos, no hacían más que seleccionar las canciones y tocarlas de forma continua, sin pausas entre una y otra.
De hecho, dentro de la cultura del sound system jamaiquino existen jerarquías. Así, tenemos a la persona que solamente coloca el disco sobre la tornamesa, pero recibe las instrucciones del frontman. Tal es el caso de David Rodigan quien tiene uno de los sound systems más famosos en el mundo.
Con estos podemos tener una idea clara de lo que es un selector. Cabe mencionar que así como hay selectores de música jamaiquina, existen selectores de Northern Soul , y lo mismo sucede con los sonideros de cumbia, que también son selectores, insisto: no hay una cuestión técnica de mezclar las rolas, sino solamente de escogerlas.
Aunque existan algunas otras corrientes musicales que adoptaron las funciones del selector, en la actualidad esta figura se le continúa relacionando directamente con la cultura del sound system jamaiquino. Algunos de los sound systems más representativos en Jamaica han sido, a lo largo de los años, Tubby’s Hometown Hi-Fi, Bass Odessey y Jah Shaka.
Esta serie de datos nos proporcionaban claridad en sólo una figura. Ahora, bien, debíamos indagar sobre el siguiente personaje que parece haber tomado por asalto, fiestas, bares y festivales de música.
¿Qué es un DJ o Disc Jockey?
Existe una corriente musical que responde a un estilo de soul que se hacía en Filadelfia, mejor conocido como el Philadelphia Sound, que incorporaba ritmos electrónicos y sintetizadores que hacían más sencillo para el DJ transitar de una pista a otra, pues los beats eran muy similares, se empataban con mayor facilidad. Si a esto le sumamos la incorporación de sintetizadores a esta corriente musical, estamos hablando de un sonido muy homogéneo.
La evolución de este sonido de Filadelfia deviene en la música Disco, que consistía en este sonido electrónico funky sin dejar de lado los tintes de música orquestal. Después comienzan a emerger sonidos como el House, el Acid House y esto da cabida para que en Europa comience a surgir una cultura centrada en el DJ.
La naturaleza automatizada de los ritmos para este entonces propone la consecución de ritmos como una técnica de mezcla. Las canciones empatan unas con otras, y no hay pausa en la pista de baile.
Nos falta definir qué es un tornamesista
Es una persona que utiliza las tornamesas para producir un vocabulario musical, tenemos ejemplos muy claros como Dj Qbert, Dj Revolution, Mix Master Mike, Dj Rectangle, Dj Swamp y los Beat Junkies. Ahora, aspirar a ser un all arounder puede lograrse entre más horas de vuelo acumules.
¿Un all arounder es alguien que puede tocar cualquier género musical en las tornamesas?
Exacto, pero eso precisamente es el resultado de años de escuchar música, de estudiar técnicas para mezclar y practicarlas. Dicho de una manera más sencilla, es ir de A a B sin que se corte la continuidad de la música. También es cuestión de saber leer a la gente y además adicionar tu discurso musical con trucos y habilidades que se desarrollan únicamente con la práctica.
¿Y quién es en todo caso un buen all arounder?
Afrika Bambaataa es un buen all arounder. Cabe mencionar que en las block parties de finales de los 70, Kool Herc ponía de todo, porque había gente latina y tocaban de repente Boogaloo, Latin Breaks, Latin Soul, Disco Latino. Precisamente este DJ es el responsable de convertir al DJ en la columna vertebral del movimiento HipHop. Otro all arounder de mis favoritos es DJ Spinbad, de quien su trabajo resulta muy interesante, pues hace mixtapes con técnicas de tornamesista y desde la perspectiva del Hip Hop sin tocar Hip Hop.
Así pues, en los años ochenta, los barrios neoyorquinos como Harlem y el Bronx sirvieron como grandes laboratorios para descubrir y crear técnicas de mezcla que son utilizadas hasta la fecha.
Por último ¿qué es un pinchadiscos?
Pues cualquier aficionado a la música que pone rolas en su cumpleaños.
Las técnicas del tornamesismo
Aunque las denominaciones sean variadas, podemos partir de la afirmación que para ser un DJ completo se debe contar con el conocimiento de ciertas técnicas que permiten que el discurso musical que señala Smokey sea coherente y que, además, proponga un uso creativo de los productos terminados como los discos de vinil grabados.
En un intento por compilar estas técnicas nos dispusimos a grabar una serie de videos que sirvieran para ilustrar algunas de las técnicas más básicas que todo buen tornamesista debe dominar. Como menciona Smokey en uno de los videos, las técnicas utilizadas son muchísimas y sería maratónico mencionar todas y cada una de ellas. Algunas de éstas fueron descubiertas casualmente o por momentos interminables de ocio; haya sido como fuere, gracias a estos movimientos accidentales, los LP dejaron de ser productos terminados y su función de reproducción alcanzó un nuevo nivel.
El backspin es la técnica más básica que consiste en regresar el disco al punto de reproducción del break, que no es más que la parte instrumental de la canción.
Después dominar el backspin, los tornamesistas comenzaron a presentar nuevas necesidades en relación al funcionamiento mecánico de la tornamesa. Así pues, la primera tornamesa con plato mecánico que se creo específicamente para poder realizar más trucos sobre los platos fue la Technics SL-D2. La diferencia principal con otros platos es que el mecanismo del aparato ya no era impulsado por una banda.
Estas nuevas tornamesas permitieron que el scratching proliferara y hasta la fecha es la técnica más conocida entre los practicantes de esta disciplina, ésta también dio pie a la práctica del freestyle scratching , que Smokey amablemente ejemplifica para nosotros.
Conforme avanzaba el tiempo, nuevos términos como el beat juggling hicieron su aparición en el ahora transitado sendero del tornamesismo. Esta técnica puede entenderse como la realización de malabares utilizando los ritmos que se reproducen sobre los platos como recurso principal. La intención es lograr movimientos sincopados que funcionen como el hilo conductor del discurso central que se pretende transmitir.
Los avances en relación al dominio y creación de nuevos movimientos para los platos son abundantes y para mediados de los 80 el tornamesismo ya es una actividad sumamente popular en Reino Unido, EU y Canadá principalmente.
Debido a este auge se crea en Inglaterra la DMC (Disco Mix Competition), organización cuyo objetivo consiste en crear foros en donde los participantes puedan intercambiar ideas sobre técnicas y nuevas tecnologías. Igualmente, desde 1985 la DMC organiza competiciones en dos categorías: equipos y solo. De estas competencias han surgido talentos como Roc Raida y DJ Craze, por mencionar a los más populares.
Todo practicante de esta disciplina está expuesto a las enérgicas críticas tanto de colegas como del público en general, pues se sabe que la cultura del Hip Hop es sumamente competitiva. En opiniones generalizadas se considera al tornamesista como aquél que realmente puede ejecutar lo que algunos gustan llamar como el verdadero arte del deeyaing.
Lo que es innegable es que el tornamesismo ha traído consigo la evidente y magnífica capacidad creativa que el ser humano tiene cuando las condiciones de espacio y tiempo son las adecuadas, pues en relación al mundo musical, el tornamesismo podría considerarse como lo único nuevo bajo el sol.
Si deseas conocer más sobre el tornamesismo, es recomendado ver el documental Scratch que aborda esta actividad desde una perspectiva lúdica, pero seria. Tampoco queremos dejar de lado a Flo Selecter , quien desde la ciudad de Puebla genera selecciones elegantes pero sumamente bailables. Un exponente de la vieja guardia en esta disciplina es Dj Aztek732 quien tiene más de diez años poniendo discos y generando mágicos scratches.