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Ciudad de México.- Para reflexionar sobre el sentido y el sinsentido de la existencia humana, el Museo Nacional de Arte (MUNAL) muestra 109 pinturas, esculturas, fotografías, dibujos y grabados en la exposición Surrealismo. Vasos comunicantes.

Recordando al surrealismo como una revolución creativa, se exhibe la historia, los principales exponentes, las películas significativas, los mexicanos que adoptaron este movimiento artístico y la influencia de las pinturas primitivas. La armonía entre el sueño y la realidad fueron la inspiración para que André Bretón publicara el “Manifiesto surrealista” en 1924. En su origen, el movimiento estuvo integrado por poetas y filósofos quienes buscaban el fluir del subconsciente.

Aquí, en el museo, la mirada se deleita con René Magritte, Joan Miró, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Manuel Álvarez Bravo, Remedios Varo, Leonora Carrington, Juan Soriano, Frida Kahlo, Diego Rivera, María Izquierdo, Max Ernst, Wilfredo Lam y Gunther Gerzso, entre otros. En la exposición, 60 artistas extranjeros y mexicanos exhiben su búsqueda por lo maravilloso y lo mágico. Sus obras, que zarparon en busca de territorios alternos, aparentemente alejados de la realidad, muestran la sensibilidad desfigurada de sus creadores.

El recorrido inicia con el apartado “La revuelta creadora. Génesis del surrealismo”, donde se observan obras de los artistas más representativos. El último espacio se denomina “Lo bello, lo misterioso. Souvenir du Mexique” dedicado a las obras mexicanas.

Según datos del MUNAL, para realizar esta muestra se logró la colaboración 12 instituciones y museos, 26 coleccionistas, nacionales e internacionales. 17 obras provienen de colecciones particulares de Estados Unidos, 17 proceden del Centre Georges Pompidou, de París.

México, nación surrealista por excelencia
Tras el estallido de la segunda Guerra Mundial, México abrió sus brazos a exiliados internacionales. Algunos eran artistas como Remedios Varo, Leonora Carrington, Kati Horna y César Moro, quienes encontraron en este país tierra fértil para crear.

André Bretón llegó a México en 1938. Permaneció cuatro meses en casa de Diego Rivera y Frida Kahlo. Según sus biógrafos, estableció un breve encuentro con León Trotsky, que se hallaba como asilado político en el país. André Bretón no habló en México del surrealismo debido a que existió un boicot promovido por comunistas franceses, quienes pidieron a sus correligionarios mexicanos evitar que el poeta diera a conocer su movimiento.

México no sólo abrigó a grandes representantes, sino también vio nacer a pintores surrealistas como Rivera, Kahlo y Gerzso; Guillermo Meza, Manuel Álvarez Bravo, Agustín Lazo, Carlos Mérida, Roberto Montenegro, entre otros. Además, varios grupos se formaron en el Distrito Federal. El primero fue el colectivo que se reunía en la calle Gabino Barreda, en San Rafael, al que pertenecía Remedios Varo, Benjamín Peret, Kati y José Horna. El segundo grupo fue formado al sur de la ciudad, a raíz de la llegada de Wolfgang Paalen y su esposa Alice Rahon. Éste publicó la revista Dyn.

Algunos artistas mexicanos que retomaron elementos de esta corriente en su obra son Alberto Gironella, Juan O´ Gorman, Mario Rangel, Rufino Tamayo, Juan Soriano y Francisco Toledo.

Un perro andaluz sin domesticar
El filme representativo del surrealismo es Un perro andaluz, cortometraje de diecisiete minutos, escrito, producido, dirigido e interpretado en 1929 por Luis Buñuel, con guión de Salvador Dalí.